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Para profesionales

Evaluación cuantitativa de la propiocepción en el hombro

Evaluación cuantitativa de la propiocepción en el hombro 1600 818 FisioAso

Es innegable que el sistema propioceptivo en pacientes que han sufrido un ictus, queda tocado. De hecho, existen varias pruebas clínicas para evaluar el estado propioceptivo de las extremidades superiores así como las inferiores, como podrían ser el “mirroring” o el “holding”, que aparecen en varios test estandarizados de investigación y clínica (Fugl-Meyer, Nottingham Sensory Assessment, entre otras).
Ahora bien, en estado agudo y subagudo queda bastante claro que tras el ictus, el sistema somatosensorial pierde efectividad por lesionarse directa o indirectamente. Pero, una vez ha pasado ese estado, y nos metemos en la cronicidad, ¿qué hay de la propiocepción? Este estudio nos lo plantea:

«Quantitative evaluation of shoulder proprioception 6 months following stroke.»

En el estudio, se valoraron la capacidad propioceptiva de 30 sujetos con ictus, y 30 en grupo control, concretamente en la posición de rotación externa o interna de hombro, donde activa o pasivamente se colocaba el miembro en una posición y mediante un botón que presionaban con la otra mano, se confirmaba la posición que el examinador quería.

Observaron que tras 6 meses después del ictus, el lado no afecto recuperó completamente la capacidad propioceptiva, mientras que el lado afecto todavía estaba en fases de recuperación.

Este déficit kinestésico en pacientes con ACV se debe principalmente a la disfunción de las neuronas motoras gamma, concretamente a la sensibilidad de los husos musculares, por lo que hay una demora en la detección del estiramiento muscular, y esto conlleva a una cascada de inestabilidad del hombro, lesión del tejido blando y dolor crónico.

Es por ello, que la necesidad de continuar trabajando el miembro superior, concretamente el hombro, buscando el posicionamiento y tacto profundo de dicha articulación, mediante el trabajo excéntrico con el propio peso del cuerpo, puede ser una de las terapias de elección, para continuar bombardeando a estímulos propioceptivos, todo el sistema afectado.

En la imagen, un trabajo propioceptivo en cadena cinética cerrada, con feedback visual para aumentar o reducir la carga en todo el miembro superior.

Para más información y descarga del estudio: https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC6223741/

Neurofisiología en la marcha atáxica

Neurofisiología en la marcha atáxica 625 400 FisioAso

Establecer un buen análisis de la marcha, es fundamental para plantear y enfocar hacia qué tipo de intervención terapéutica en pacientes con ataxia, es la más oportuna.

Para ello, nos llama la atención este estudio recién salido del horno, del 2018:

«Neurophysiology of gait on cerebellar ataxia»

En él, se realiza un análisis exhaustivo cinético, cinemático y electromiográfico en pacientes con ataxia, observándose como resultado el aumento del ancho del paso, la reducción del rango de movimiento de la articulación del tobillo con una mayor activación de los músculos antagonistas (cocontracción agonista/antagonista) y una mayor variabilidad (aleatoriedad) del paso.

Además, los pacientes con ataxia cerebelosa muestran poca coordinación intersegmental (tronco-extremidades inferiores), con un comportamiento coordinativo caótico entre el tronco y la cadera, lo que aumenta las oscilaciones de la parte superior del cuerpo que afectan el rendimiento y estabilidad de la marcha, sosteniendo un círculo vicioso que transforma la parte superior del cuerpo en un generador de perturbaciones.

Es por ello, que un trabajo abdominal junto con la coordinación intersegmentaria, genere cambios en la estabilidad del tronco tanto en el equilibrio como en la marcha, como medida terapéutica a trabajar. En la imagen, un paciente con ataxia cerebelosa, trabajando la contracción mantenida abdominal, con el objetivo que se plantea en el estudio.

Además, resulta más que interesante el trabajo de control motor en el tobillo, donde la coordinación agonista/antagonista, con una progresión en la dificultad propioceptiva (situaciones cada vez más complejas dde desequilibrio) junto con otra de fuerza, pueden ser relevantes a la hora de tratar a este tipo de pacientes.

Para descargar el artículo: https://www.sciencedirect.com/science/article/pii/B9780444639561000187?via%3Dihub

El rol de la escápula en el ictus

El rol de la escápula en el ictus 562 533 FisioAso

En gran cantidad de formaciones en rehabiltiación física en pacientes neurológicos, los docentes suelen comentar una frase acerca de la implicación de la escápula en la recuperación de la funcionalidad del brazo en pacientes que han sufrido un ictus: «La escápula, esa gran olvidada».

Nos llama la atención el siguiente estudio: «Effect of Scapular Stabilization Exercise during Standing on Upper Limb Function and Gait Ability of Stroke Patients»

En este estudio se investigó la actividad de 17 sujetos que sufrieron un ictus (hace más de 6 meses) con unos criterios de inclusión como:
– Tener un mínimo de 24 puntos en el Mini-Mental (es decir, capacidad cognitiva para entender órdenes)
– Independencia funcional en la marcha y sin productos de apoyo
– Capacidad de flexo-extensión de 5º de rodilla

Se realizaron dos grupos: El grupo control que realizaba ejercicios escapulares simples, junto con terapia convencional. El grupo experimental, con ejercicios de estabilización escapular junto con terapia convencional. Ambos grupos realizaban 3 sesiones a la semana de ejercicio escapular y 2 sesiones a la semana de terapia convencional, durante 8 semanas.

El hecho es que los resultados fueron relevantes en el grupo experimental, es decir, en los que realizaban los ejercicios de estabilización escapular, tanto en la marcha (medidos mediante Time Up and Go y Functional Gait Assesment) como en la funcionalidad de la mano (medido mediante Manual Function Test).

En resumen, el trabajo estabilizador de la escápula tiene efecto o influye tanto en la marcha como en la función de la mano, estableciendo una relación anatómica y motora funcional con el control postural entre el tronco y la escápula. Esto implica que en actividades como caminar, o la estabilización del brazo para realizar alcances, tan demandadas a nivel clínico, debamos evaluarlas y tenerlas en cuenta a la hora de recuperar la marcha o la mano.

Para descargar el estudio: https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC5709874/

Estabilidad escapular, intervención clínica

Estabilidad escapular, intervención clínica 2560 1707 FisioAso

La escápula es una parte crucial de la función del miembro superior, siendo encargada de orientar la glena y así ampliar la capacidad de movimiento del complejo articular del hombro.

Además otra de sus funciones fundamentales es aportar una base estable para la cabeza del húmero para que esta se pueda mover de forma segura y libre. Cuando esta estabilidad falla por cualquier motivo la capacidad de funcionamiento del hombro se reduce, con la consecuente aparición de dolor, limitación del movimiento, falta de fuerza, etc.

Es muy habitual en el ámbito de la neurorehabilitación encontrar problemas de estabilidad en el hombro, ya que en una situación normal la mayor parte de la estabilidad se consigue gracias a la musculatura. Cuando hay un problema neurológico que afecta al control de la musculatura del hombro gran parte de la estabilidad que tenía desaparece, multiplicando las posibilidades de aparición de sintomatología en el hombro.

Una herramienta que podemos utilizar para trabajar la musculatura escapular son las anillas de gimnasia. En el ejercicio que os enseñamos nuestro paciente pasa de la postura de estar colgada pasivamente a activamente. Mientras está colgada pasivamente se produce un estiramiento global de la musculatura, especialmente de hombro y tronco, y una descompresión de la columna. Para realizar el paso a estar colgada activamente eleva el tronco mediante los depresores y retractores escapulares. Además no nos podemos olvidar del trabajo de fuerza de
agarre en las manos y de todo el estímulo propioceptivo que se recibe durante todo el ejercicio.
Las anillas nos permiten hacer tanto este como otros cientos de ejercicios, trabajando de manera global o específica; pero siempre adaptando el ejercicio en base a las capacidades del paciente.

Autor: Héctor Cancio-Donlebun

Hemianopsia y estrategias de intervención

Hemianopsia y estrategias de intervención 1013 509 FisioAso

Como todos sabemos, la visión es uno de los sentidos más importantes de los que disponemos y su alteración puede suponer grandes dificultades a la hora de realizar actividades de la vida diaria, y la hemianopsia es una de ellas, producida por lo general por ictus en las zonas posteriores, en el lóbulo occipital.

La hemianopsia puede parecer inusual pero no deja de ser una alteración de origen neurológico que provoca muchos problemas de orientación en exteriores y localización de objetos.

Ahora bien, ¿Cómo podemos rehabilitar o compensar este tipo de déficits que afectan al campo visual?

Analizando artículos que abordan el tratamiento de este déficit encontramos dos con resultados positivos en este tipo de alteraciones:

1. Saccadic visual search training: a treatment for patients with homonymous hemianopsia.
En este artículo los investigadores trabajaban la localización de estímulos rápidos, mostrados durante 3 segundos en una pantalla analizando los tiempos de respuesta y los campos perimétricos entre otros.
Este grupo de 29 pacientes obtuvo mejores resultadas en la reevaluación y afirmaban que eran más conscientes de su déficit lo que les permitía ser más independientes.

2. Compensatory strategies following visual search trainingin patients with homonymous hemianopia: an eye movement study.
Esta investigación se centra, al igual que la anterior en trabajar los movimientos visuales hacia el hemicampo visual afectado a través de estímulos visuales presentados en una pantalla.
Después del entrenamiento, se observó que los pacientes realizaban una proporción mayor de fijaciones en el hemicampo afecto, al igual que el anterior, el déficit no había desaparecido pero los pacientes eran capaces de localizar, más y con mayor rapidez estímulos en el hemicampo afecto.

Nosotros hemos observado cambios relevantes con este tipo de intervención, siendo valoradas específicamente con anterioridad. Como vemos en la imagen hemos trabajado el rastreo visual y la localización de estímulos en el hemicampo afectado. Las dificultades para orientarse en el exterior se han reducido y el paciente ha ganado independencia en las actividades instrumentales de la vida diaria.

Os dejamos el enlace a los artículos citados:
https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC2977066/
https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC1738779/

Sí o sí, ejercicio aeróbico en ictus

Sí o sí, ejercicio aeróbico en ictus 300 235 FisioAso

La bibliografía es más que clara en este aspecto: la necesidad de un trabajo aeróbico en personas que han sufrido un ictus, sea cual sea la fase en la que se encuentren (una vez estabilizados, claro está), tiene un nivel de recomendación alto.

Uno de los factores limitadores en algunas actividades de la vida diaria, es la fatiga. Ésta puede encontrarse en procesos específicos de contracción muscular mantenida, tras repeticiones durante un aprendizaje motor, así como en grandes grupos musculares utilizados por actividades de la vida diaria como podrían ser: transferirse de sedestación a bipedestación, caminar, saltar o correr (cada persona con su capacidad correspondiente). Todos estos procesos consumen en mayor o menor medida, oxígeno.

Pero no olvidemos que el cerebro necesita, para un proceso de neuroplasticidad tras un daño cerebral, de nuevo oxígeno. Para ello, nos ha llamado la atención el siguiente estudio:

«Promoting Neuroplasticity for Motor Rehabilitation After Stroke: Considering the Effects of Aerobic Exercise and Genetic Variation on Brain-Derived Neurotrophic Factor»

En este estudio, se ha analizado a nivel molecular, un elemento clave en la implicación neurofisiológica de la neuroplasticidad durante el proceso de rehabilitación y recuperación de las personas que han sufrido un ictus, que es el llamado Factor Neurotrófico derivado del cerebro (BDNF).

Este estudio demuestra que el ejercicio aeróbico aumenta la producción de BDNF, y en consecuencia, la mejora del aprendizaje y la memoria, tan necesarios en los procesos de reaprendizaje motor tras el ictus.

Es por ello, que existen varias formas de manifestación clínica que podemos encontrarnos durante nuestras intervenciones, donde por ejemplo: Pacientes manifiestan que tras largos paseos encuentran un mayor rendimiento a nivel cognitivo (me salen mejor las palabras, recuerdo mejor las cosas). O realizar una práctica masiva de un gesto en concreto, trabajar posteriormente a nivel aeróbico, y realizar mejores tiempos en ese gesto pese al cansancio.

Debemos incluir como elemento a tener en cuenta en la rehabilitación, el ejercicio aeróbico, ya que no sólo a nivel cerebral obtenemos mejoras en el rendimiento neuroplástico, sino que además, se ven implicados otros aspectos como el control motor, la resistencia e incluso la fuerza.

Para descargar el estudio: https://academic.oup.com/ptj/article/93/12/1707/2735425

Ictus y efectos del entrenamiento en la arena

Ictus y efectos del entrenamiento en la arena 750 439 FisioAso

Hoy queremos dejaros la siguiente publicación que nos resulta interesante para pacientes que han sufrido un ictus, en referencia al a rehabilitación de la marcha:

«Effects of gait training on sand on improving the walking ability of patients with chronic stroke: a randomized controlled trial»

Muchas veces observamos en ámbitos de deporte profesional, realizar entrenamiento específico en la arena de la playa, con objetivos de mejoras en fuerza, rendimiento y resistencia. Ahora bien, ¿qué pasa si lo realizamos en pacientes con ictus?

Este Estudio Clínico Aleatorizado realizado con 28 pacientes, compararon 2 grupos de estudio donde realizaban reentrenamiento de la marcha, uno realizado en suelo firme y otro sobre la arena de la playa. Los resultados obtenidos básicamente fueron una mejora en la resistencia en referencia a la fatiga muscular, una mejora en el sistema cardiovascular y una mejora en el equilibrio dinámico (aunque sobre suelo firme también las había).

El resumen es que, ya que en Gijón tenemos una magnífica playa, y la clínica la tenemos situada cerca de ésta, nos interesa realizar un trabajo específico de marcha en nuestros pacientes con ictus, tal y como podemos ver en el vídeo.

Para descargar el estudio: https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC5890224/

Posición vertical subjetiva y Enfermedad de Parkinson

Posición vertical subjetiva y Enfermedad de Parkinson 404 346 FisioAso

Si bien la postura característica en personas que padecen Enfermedad de Parkinson suele ser la flexión de tronco (camptocormia) junto con anteriorización de la cabeza (antecollis), es común que tanto familiares como personas del entorno cercanos estén constantemente comentando: «Ponte recto, anda derecho, no te curves, endereza!«.

Ahora bien, ¿Y si planteamos que la percepción de nuestros pacientes con Parkinson, a lo largo de la enfermedad, cambia, y consideran como posición vertical (subjetiva) la misma flexión de tronco?

Este estudio nos llama la atención ya que lo plantea como hipótesis:
«Forward flexion of trunk in Parkinson’s disease patients is affected by subjective vertical position»

En esta investigación, se realiza la división de la muestra en 2 grupos: el experimental, con 40 pacientes con Parkinson, donde se comparaba la percepción subjetiva de la verticalidad con el segundo grupo, el experimental, que lo conforman 15 personas de avanzada edad sanas.
A nivel metodológico, se midieron las diferencias entre la línea vertical y la línea troncal del paciente. La línea vertical era definida como la línea que pasa verticalmente a través de L4 hasta el suelo y la línea troncal real definida como la línea entre C7 y L4. La posición vertical subjetiva se midió como el ángulo entre la línea vertical y la posición reconocida por el paciente como la posición vertical.

Finalmente, para medir la posición vertical subjetiva, los sujetos se mantuvieron en una posición de pie con los ojos cerrados, después guiaron el tronco del sujeto, pasivamente, a un ángulo de flexión hacia delante de 45 °. A continuación, el sujeto se movió pasivamente a una velocidad de aproximadamente 5 segundos desde la posición en flexión de tronco de 45 ° a 0 ° y posteriormente informó sobre la posición percibida como la posición vertical.

¿Los resultados? El reconocimiento de la verticalidad subjetiva era diferente a la objetiva, con diferencias estadísticamente significativas comparadas con el grupo control. Esto podría confirmar la hipótesis planteada de inicio, pero siendo prudentes puesto que el estudio tiene sus limitaciones, aunque sí tiene repercusiones a nivel clínico.

Para descargar el estudio: https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC5507338/

Predictores de la función motora en Extremidad Superior

Predictores de la función motora en Extremidad Superior 1200 675 FisioAso

Queremos dejaros el siguiente estudio que nos parece interesante tener en cuenta para la recuperación de la extremidad superior tras presentar un ictus:

«Early clinical predictors of motor function in the upper extremity one month post-stroke».

Tras sufrir un ictus, y en cuanto a recuperación de la función de la extremidad superior se refiere, las claves para la recuperación según este estudio en cuanto a funcionalidad y usabilidad de la extremidad afecta, (con 104 pacientes como muestra) serían la capacidad de extensión de dedos, la fuerza de prensión y la capacidad de abducción de hombro.

Las medidas de referencia que se regristraron tras 3 días del ictus (y una vez estabilizado médicamente el paciente), como son las actividades que se plantean a lo largo de nuestra vida, junto con las medidas mediante el test como la «Fugl-Meyer Assessment for Upper Extremity», fueron claves para poder realizar un pronóstico de recuperación funcional de la extremidad superior en los pacientes que han sufrido un ictus.

Si queréis leerlo por completo, os dejamos el enlace.
Para descargar el estudio: https://www.medicaljournals.se/jrm/content/abstract/10.2340/16501977-2205

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